Instrucciones
Caliente el horno a 325 °F. Llene una asadera hasta la mitad con agua y colóquela en la rejilla inferior (para la humedad). Cubra un molde desmontable de 9 pulgadas con aerosol de cocina antiadherente.
En una procesadora de alimentos, mezcle las galletas integrales y 1 cucharada de azúcar granulada hasta que queden migas finas. Agregue la mantequilla y 2 cucharadas de agua, y pulse hasta humedecer. Presione la mezcla sobre el fondo del recipiente aceitado y hornee hasta que se endurezca y dore, aproximadamente entre 10 y 12 minutos. Deje enfriar.
En un tazón grande, mezcle queso crema, azúcar moreno, sal y 1/3 taza de azúcar granulada. Con una batidora eléctrica a velocidad media, bata hasta que esté suave y esponjoso. Agregue yogur, huevos y claras de huevo; reduzca la velocidad de la batidora a baja y continúe batiendo hasta que se mezcle. Agregue la calabaza, la harina, la especia de calabaza y la vainilla. Reduzca la velocidad de la batidora a baja y bata hasta que se combine.
Vierta la mezcla sobre la corteza fría y golpee suavemente el recipiente sobre la encimera para que las burbujas de aire atrapadas lleguen a la superficie. Coloque el pastel de queso en la rejilla central del horno y hornee hasta que esté listo, aproximadamente entre 50 y 60 minutos (el centro debe moverse ligeramente).
Apague el horno y abra la puerta. Deje reposar el pastel de queso en el horno durante 15 minutos y luego transfiérelo a una rejilla para enfriarlo. Pase un cuchillo delgado entre el pastel de queso y el recipiente para liberar los laterales. Enfríelo por completo a temperatura ambiente, luego colóquelo en el refrigerador hasta que esté totalmente frío, al menos 4 horas o durante la noche.
Antes de servir, libere los laterales del recipiente. Deje que el pastel de queso alcance la temperatura ambiente, aproximadamente entre 30 y 60 minutos. Si la parte superior del pastel parece húmeda, séquela con una toalla de papel. Espolvoree con azúcar de repostería y disfrute.
Fuente: Sharp Health News